Introducción:
Seguramente has jugado
alguna vez con una pelota de goma y has tenido
que correr detrás de ella para
atraparla. Sin embargo, esto nunca te habrá ocurrido con un huevo, pues al
chocar con el suelo se rompería. ¿Te imaginas tener un huevo saltarín que al
dejarlo caer rebotara? Con este experimento lo vamos a hacer realidad.
Materiales y reactivos
- 1 huevo crudo.
- 1 vaso o recipiente (bote de cristal).
- Vinagre.
1º Coloca el huevo en el fondo del vaso
con cuidado para que no se rompa.
2º Añade vinagre en el
interior del vaso hasta cubrir el huevo completamente.
3º Déjalo reposar durante 48 horas.
4º Saca el huevo y
déjalo caer sobre el suelo o una mesa, desde poca altura (si se realiza desde
mucha altura podría romperse).
5º Observa que el huevo rebota.
¿Qué está sucediendo?
El vinagre contiene ácido
acético que reacciona con el carbonato cálcico que constituye la estructura de
la cáscara del huevo. Como resultado, el calcio se deposita en forma de sal
insoluble en el fondo del vaso, mientras se desprenden pequeñas burbujas de
dióxido de carbono de la cáscara. La membrana que protege al huevo no es atacada
por el ácido, siendo la responsable de la elasticidad.
Vídeo
explicativo
PRECAUCIÓN:
Hay
ocasiones donde el huevo se rompe al rebotar con una superficie y el olor que
genera la mezcla entre huevo y vinagre es fuerte, por lo tanto es conveniente
hacer los botes con mucho cuidado para conocer la resistencia del huevo.
Se recomienda tener cerca
una fregona o bayeta húmeda para recoger el huevo en caso de que se rompa.
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